Creo mucho en la belleza del detalle, en la sensibilidad, corazón y cariño que pones cuando creas de la NADA un TODO. Construyes desde cero una idea, la moldeas y acabas dándole forma hasta conseguir lo que ni siquiera tenías en mente. Esto es la magia de la improvisación, el arte de ver las cosas sin ser una realidad. Sólo se necesitan altas dosis de inspiración, entusiasmo a raudales y, por supuesto (como decía Picasso), que te encuentre trabajando..
Y “VOILA”!! La idea se transforma, todo tiene coherencia, queríamos una fiesta ambientada en El Lejano Oeste y el resultado no pudo gustar más!